Texto adaptado del libro Asquerosología en acción, ediciones Iamiqué.
Cuando pensás en la sangre, seguramente pensás en un líquido de color rojo. Pero, en realidad, menos de la mitad de tu sangre está formada por células rojas, llamadas “glóbulos rojos” o eritrocitos. El color rojo de los glóbulos rojos proviene de un pigmento llamado hemoglobina, que contiene moléculas de hierro. Cuando los glóbulos rojos navegan por tu cuerpo, la hemoglobina intercambia con las células el tan preciado oxigeno por el dióxido carbono que ellas desechan.
Qué necesitas:
- Melaza o miel
- Agua
- Almidón de maíz
- Colorante para comidas rojo
- Cacao en polvo
- Un recipiente
- Una cuchara para mezclar
Qué tenés que hacer:
- Para hacer este experimento ponete ropa que ya no uses y que no te importe manchar (la sangre falsa teñirá todo lo que lleves puesto).
- Colocá 5 cucharadas de melaza y 1 cucharada de agua en el recipiente.
- Mezclá bien mientras viertes 4 gotas de colorante.
- Agregá 1 cucharada de almidón de maíz y 1 cucharada de cacao en polvo.
- Mezclá muy pero muy bien. Cántaro
- Dejá gotear la sangre desde la comisura de tu boca. O, mejor aún, poné un poco dentro de tu boca (no es toxica, pero tampoco tiene un sabor muy rico).
- Busca a alguien que no sospeche nada y decile: “Quiero chupar tu sangre!”
¿Algo salió mal?
Si tu sangre tiene demasiados grumos, mezclá mejor el almidón y el cacao.
Si querés que la sangre este más espesa, agregale mayor cantidad de almidón de maíz,
si la querés mas liquida, agregale mas agua. Podés conservar tu sangre en una
bolsa plástica resellable.
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