¿Sabías que… la “caca” está hecha de los restos de los alimentos no absorbidos por el aparato digestivo (como fibras y otros componentes que no son útiles para el ser en cuestión), y también células del epitelio intestinal que se descaman en el proceso de absorción de nutrientes, microorganismos, y otras sustancias que no logran atravesar el epitelio intestinal?
Qué necesitas:
- Manteca.
- Azúcar blanca.
- Cacao en polvo.
- Azúcar negra.
- Esencia de vainilla.
- Harina.
- 1 huevo.
- Avena arrollada.
- Colorante para comidas verde.
Qué tenés que hacer:
- Pedile a un adulto que derrita en la cacerola ½ taza de manteca, ½ taza de azúcar blanca y 4 cucharaditas de cacao. Mientras tanto, poné en un recipiente ½ taza de azúcar negra, el huevo, ½ cucharadita de esencia de vainilla, 1 taza de harina y ¾ de avena arrollada.
- Revolvé bien. Pedile a tu ayudante que añada la mezcla de cacao a tu recipiente y revolvé otra vez.
- Agrega un chorrito de colorante.
- Dale a la masa forma de caca. Podés aplastarla para que parezca un gran pastel de bosta de vaca o moldear pequeñas heces de gato. Recordá que la masa se achatará al cocinarla.
- Colocá las galletitas en una plaza para hornear y pedile a tu ayudante adulto que las cocina en horno muy caliente durante entre 9 y 11 minutos. Dejálas enfriar.
- Serví las galletitas en un plato o sobre una servilleta (aunque se ven mas asquerosamente reales si las presentas de a una, sobre un trozo de papel higiénico).
- Buscá alguien que no haya estado en casa mientras cocinabas y preguntale: ¿Querés probar este exquisito manjar?
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